España sigue utilizando un protocolo de protección eléctrica de 1996, obsoleto ante la nueva realidad energética. Red Eléctrica advirtió sobre el riesgo de apagón eléctrico, pero su propuesta de actualización sigue sin aprobarse.
El pasado 28 de abril de 2025, España vivió un gran apagón eléctrico que dejó en evidencia las limitaciones de un sistema que no ha evolucionado al ritmo de la transición energética. El incidente, que ocurrió sobre las 12:33 del mediodía, podría haberse evitado si se hubieran atendido las advertencias del operador del sistema, Red Eléctrica.
Un protocolo desactualizado
Desde hace casi tres décadas, España opera con los mismos criterios de protección del sistema eléctrico. Red Eléctrica propuso en mayo de 2024 una revisión del protocolo para adaptarlo a la nueva realidad del mix energético, en la que las energías renovables ya representan casi el 60% de la generación eléctrica nacional.
En palabras del operador del sistema: «la entrada masiva de generación renovable basada en electrónica de potencia ha cambiado radicalmente la forma de entender y proteger el sistema eléctrico». La electrónica de potencia, común en instalaciones solares y eólicas, presenta comportamientos distintos frente a perturbaciones en la red, lo que hace que los mecanismos tradicionales de protección puedan fallar.
¿Qué falló el 28 de abril?
Según los datos preliminares, el apagón eléctrico tuvo su origen en la zona suroeste de la red peninsular, donde la alta concentración de plantas fotovoltaicas y la baja sincronización con generación convencional como hidráulica o nuclear hicieron más vulnerable el sistema. Dos centrales de generación se desconectaron, y el protocolo vigente no logró gestionar el desequilibrio.
El propio informe de Red Eléctrica señala que, ante ciertas condiciones, “algunas funciones de protección no serían capaces de detectar las faltas o lo harían demasiado tarde”. Justamente, esto es lo que ocurrió durante el incidente.
Una propuesta sin respuesta
La propuesta técnica de actualización fue remitida a la CNMC en junio de 2024. Sin embargo, fue derivada al Ministerio para la Transición Ecológica, que recibió oficialmente el documento en enero de 2025. Desde entonces, no ha habido una resolución ni aprobación del nuevo protocolo, a pesar de que Red Eléctrica considera urgente el cambio para evitar nuevos apagones eléctricos.
Desde el Ministerio se justifica el retraso alegando que el documento prevé un plazo de adaptación de cinco años, por lo que «no supone una urgencia inmediata». Pero la realidad ha demostrado lo contrario.
Energía renovable y seguridad: ¿pueden convivir?
En Ergonia defendemos firmemente la transición energética hacia un sistema más limpio y sostenible, pero también sabemos que no puede hacerse sin planificación ni adaptación tecnológica. Apostar por las renovables exige una red más flexible, digitalizada y protegida ante posibles fallos.
El apagón eléctrico de abril debe servir como llamada de atención. La infraestructura energética del país no puede quedarse anclada en el siglo pasado mientras la generación avanza a pasos de gigante.
Conclusión
Evitar nuevos apagones eléctricos es posible, pero exige actuar ya. El equilibrio entre la descarbonización del sistema y la estabilidad de la red pasa por actualizar los protocolos, invertir en tecnología y reforzar la gestión de la demanda. En Ergonia, creemos que un sistema energético moderno debe ser no solo renovable, sino también fiable y seguro.
