El Ministerio para la Transición Ecológica ha propuesto elevar en algo más de un 10% los cargos del sistema eléctrico, uno de los componentes fijos de la factura de luz, mientras que la CNMC plantea una subida adicional cercana al 4% en los peajes de acceso a la red. A pesar de ello, el Gobierno asegura que, gracias a la previsión de menores precios mayoristas, la factura de luz podría abaratarse entre un 4% y un 10% en 2026, un escenario que para empresas y pymes dependerá en gran medida del tipo de contrato y de cómo trasladen las comercializadoras estos cambios.
¿Qué ha anunciado exactamente el Gobierno?
El Gobierno ha puesto en consulta pública un proyecto de orden para actualizar los cargos eléctricos en 2026, es decir, la parte de la factura de luz destinada a cubrir determinados costes del sistema (renovables con retribución regulada, deuda acumulada y compensaciones a los sistemas extrapeninsulares, entre otros).
Según la documentación del propio Ministerio, el importe total de los costes del sistema eléctrico se sitúa en torno a 8.510 millones de euros, mientras que los ingresos externos (impuestos a la generación y subastas de CO₂, principalmente) aportarían unos 4.453 millones. La diferencia, unos 4.057 millones de euros, es lo que deberán financiar directamente los consumidores a través de los cargos incluidos en su factura de luz. Esta cifra es alrededor de un 15% superior a la prevista para 2025; si se tiene en cuenta el aumento estimado de la demanda eléctrica, el Ejecutivo habla de una subida efectiva algo superior al 10% para estos cargos.
El principal motivo del incremento está en la partida destinada a las instalaciones con retribución regulada (RECORE: renovables, cogeneración y residuos) y en la necesidad de seguir reduciendo la deuda del sistema eléctrico.
Cargos y peajes: así se descompone la factura de luz
En la factura de luz de cualquier consumidor, hogares, pymes o grandes industrias, conviven tres grandes bloques:
Coste de la energía: lo que vale el kWh en el mercado (ya sea precio fijo pactado con la comercializadora o indexado al mercado mayorista).
Cargos del sistema: parte fija que fija el Gobierno para financiar renovables con retribución regulada, la deuda del sistema y otras políticas energéticas.
Peajes de acceso: también parte regulada, calculada por la CNMC, destinada a pagar las redes de transporte y distribución de electricidad.
Los anuncios conocidos afectan sobre todo a los puntos 2 y 3, es decir, a la parte fija y regulada de la factura de luz. Esto significa que, incluso en un escenario de energía más barata, el término fijo ganará peso relativo, especialmente para consumidores con potencias altas y menos horas de uso (algo muy habitual en entornos empresariales).
La CNMC también sube los peajes: un 4% más caros en 2026
En paralelo a la propuesta del Gobierno sobre cargos, la CNMC ha sometido a información pública su resolución de peajes eléctricos para 2026, que contempla un incremento cercano al 4% respecto a 2025.
El objetivo de esta subida es reforzar la retribución de las redes eléctricas para poder:
Integrar más renovables en la red.
Atender nuevos consumos (electromovilidad, centros de datos, hidrógeno renovable, etc.).
Mantener la seguridad de suministro en un contexto de mayor demanda y electrificación de la economía.
En términos prácticos, estos peajes forman parte del término fijo de la factura de luz. Por tanto, al subir simultáneamente cargos y peajes, el peso de la parte regulada y fija aumenta de forma apreciable a partir de enero de 2026.
¿Subirá o bajará realmente la factura de luz en 2026?
Aquí está la clave: mientras la parte fija sube, el Gobierno sostiene que el recibo final podría bajar gracias al abaratamiento esperado de la energía en el mercado mayorista.
Con los precios de los mercados de futuros en torno a los 56–57 €/MWh, el Ministerio para la Transición Ecológica estima que la factura de luz podría reducirse entre un 4% y un 10% en 2026 respecto a 2025.
Según estas previsiones orientativas:
Hogares: reducción media cercana al 4,6%.
Pymes: reducción alrededor del 5%.
Industria: bajada en torno al 8,5%.
Industria electrointensiva: hasta casi un 10% menos.
Sin embargo, estas cifras se basan en supuestos muy concretos:
Que el precio mayorista de la energía evolucione según lo marcado por los futuros.
Que la demanda eléctrica crezca con fuerza.
Que no se produzcan nuevas tensiones geopolíticas o de oferta que alteren el mercado energético.
Para empresas y pymes, además, hay otros matices importantes:
Mercado regulado vs. mercado libre: solo una parte de los consumidores está en tarifa regulada (PVPC), donde el impacto de la bajada del precio mayorista es más directo. La mayoría de pymes y empresas opera en el mercado libre, donde todo dependerá de las condiciones negociadas con su comercializadora.
Renovación de contratos: las compañías que tengan que renovar en 2026 lo harán con un contexto regulatorio diferente (cargos y peajes más altos) y un escenario de precios de energía que puede cambiar respecto a las previsiones actuales.
Impacto para empresas: más peso del término fijo en la factura de luz
Para la empresa, el mensaje de fondo es claro: la estructura de la factura de luz se desplaza algo más hacia el término fijo. Esto tiene varias implicaciones:
Empresas con mucha potencia y poco consumo (almacenes, oficinas infrautilizadas, instalaciones que solo operan en punta de semana o en horario parcial) verán cómo la subida de cargos y peajes impacta de forma más directa en su factura de luz.
Empresas con alto factor de carga (industrias que trabajan muchas horas, electrointensivas, centros logísticos 24/7) pueden compensar en parte el aumento de la parte fija si finalmente la energía en el mercado mayorista es más barata que en 2025.
En todos los casos, la optimización de potencias, horarios y estructura de tarifa será aún más determinante para controlar la factura de luz.
Qué puede hacer tu empresa ante la subida de la parte fija
Aunque cargos y peajes son parámetros regulados que la empresa no puede elegir, sí es posible actuar sobre cómo se traduce esta subida en la factura de luz concreta de cada punto de suministro. Algunas palancas clave:
1. Revisar la potencia contratada
Verificar si las potencias actuales se ajustan realmente a la demanda de la instalación.
Reducir potencia en periodos o horarios con baja utilización puede compensar parcialmente el aumento del término fijo.
En entornos con curvas de carga cambiantes (nuevas líneas, turnos, electrificación de procesos) es recomendable recalcular periódicamente.
2. Ajustar la tarifa y el perfil de consumo
Analizar si conviene seguir con una tarifa de precio fijo o migrar a un esquema indexado al mercado, especialmente para grandes consumos con cierta flexibilidad horaria.
Desplazar consumos a periodos horarios más económicos cuando sea operativamente viable.
Evaluar el impacto del mercado cuartohorario y los nuevos esquemas de precios en el contrato actual y en futuras renovaciones.
3. Apostar por la eficiencia y la monitorización
Instalar sistemas de monitorización en tiempo real que permitan detectar picos de potencia, consumos innecesarios y desviaciones respecto al perfil óptimo.
Implementar medidas de eficiencia (iluminación, climatización, procesos productivos) que reduzcan el consumo sin afectar a la producción.
4. Valorar proyectos de autoconsumo
El autoconsumo fotovoltaico bien dimensionado puede reducir de forma relevante la energía comprada a la red, mitigando el impacto del incremento de los costes fijos sobre la factura de luz global.
En empresas con mucha superficie disponible y un consumo estable diurno, la combinación de autoconsumo y optimización contractual suele ofrecer retornos especialmente interesantes.
Una factura de luz con más regulación… y más necesidad de gestión
La combinación de cargos más altos y peajes más caros hace que la parte regulada de la factura de luz gane peso en 2026. El Gobierno confía en que la bajada del precio de la energía en el mercado mayorista compense este incremento y se traduzca en una factura de luz algo más baja que en 2025, pero ese resultado no está garantizado y variará mucho según el tipo de consumidor, el contrato y la evolución real de los mercados.
Para las empresas, el escenario refuerza un mensaje que ya era importante y ahora es crítico: no basta con mirar el precio del kWh; hay que gestionar de forma activa potencia, estructura de tarifa, horarios, consumo y oportunidades de autoconsumo si se quiere mantener la factura de luz bajo control en un entorno de regulación cambiante. Desde Ergonia, nos encargamos de toda esa gestión por ti. Contacta con nosotros